domingo, 5 de febrero de 2012

Un verso con música o música con verso: Elegía de lo inevitable o interpelación a lo terrorífico

Hoy es un domingo caluroso en las llanuras sojeras. Para acompañar la caída del sol les dejo un poema que trata principalmente sobre el terror y el miedo. Soy un gran aficionado al genero, pero muchas veces me pregunté qué es lo que causa miedo, y por que lo hace. La literatura y el cine de terror siempre se han centrado en el miedo a lo desconocido y a lo inexplicable. Pero por qué debería causar miedo lo inexplicable y no lo que es tan real pero que es oculto por la naturalización del capitalismo, cómo es posible que estremezca un vampiro o monstruosidades y no los tantos muertos que tiene desperdigado por el mundo el capitalismo, asesinados tan crudamente. Pero creo que la respuesta es clara, es más fácil y cómodo leer o estremecerse por un libro o una película porque si apagamos el televisor o cerramos el libro, desaparecerá. En cambio incomoda lo real, lo terroríficamente real porque no es posible evitarlo al menos que se elimine lo que lo generó. El tema es de Lacrimosa y se llama “Lacrimosa Mosa”, una ambientación gótica tan propia del género. Que lo disfruten o que los haga pensar, en cualquiera de los dos casos el cometido estará cumplido.  


    Elegía de lo inevitable o  interpelación a lo terrorífico

Han de regalarme monstruos
impresos en hojas pétreas.
Quieren sedarme en sueños negros de bestias asesinas.
Monstruos sangrantes, soñantes 
Postrados en tinta y papel.
Falaces.
Como no son mis monstruosidades
si mis manos de sangre chorreantes

Me muestran a Nosferatus brutales
de inundables filosos caninos
Vampiros hambrientos de mi carne y no carne.
Súcubos bellos como sirenas 
buscan preñarme en brillantes sueños
oníricos somnolientos de blanca excitación.

Me aprisionan solo en la penumbra
de noches desconocidas y desconcertantes.
Aparecen solo si lo deseo
Aparecen y desaparecen, son eso solo eso.

Quieren besarme en la mentira
inagotable del engaño,
del sueño vivido,
de lo inexplicable.
Falacias.
Como no son mis monstruosidades
si mis manos de sangre chorreantes 

Si abro mis ojos y brazos
acerosas pinzas,
heridas en rubí plantación ajena
que enajena.
Si mis ojos destiñen llantos
sobre prostibulario encierro carcelario.
  Si mi vientre se estruje en hambres innecesarias hambres.
Si mis manos pierden partes
como maquinaria fabril que soy parte.

No han de regalarme monstruos pétreos
de mortalidades impresas.
No me regalen sueños de solo sueños.

Al abrir mis ojos mundos ojos
Los Nosferatus con ansias desaparecerán como polen primaveral.
No así mis manos ardientes,
mis ojos tristes,
                                                                       mis vientre seco.
Mi cuerpo tan real como su inevitabilidad.    

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