Hoy no va a ver nada de literatura, o sobre
arte o narraciones mías. Hace un año de la masacre de Once, hace un año morían 51
personas y con 700 heridos cuando un tren que estaba sin frenos, se estrelló
contra el freno de emergencia que tampoco funcionó. Han pasado un año y los
familiares de las victimas siguen sin respuestas, porque los laburantes que
sufrieron heridas tienen que seguir viajando como ganado, y todavía el gobierno
queriendo lavarse las manos, pospone un año más el cambio de los trenes,
imputando responsables, pero con nadie en la cárcel. Y eso me lleva a hacer una
afirmación taxativa ¡La vida de un obrero vale menos que nada bajo este
gobierno que se autonombra nacional y popular! Llena los bolsillos a los
empresarios amigos, y deja que los trabajadores y sectores populares mueran
como animales. Encima de eso, los imbéciles, porque ya no le queda otra
denominación, de los jóvenes k, postean imbecilidades sobre la marcha de hoy,
como por ejemplo que los que participan en la marcha son los responsables del
2001 (si se olvidaron o la lobotomía K les afecto una parte de la materia gris,
les quiero recordar que en esa época Néstor festejaba privatizaciones. Y si
ahora no se quieren hacer cargo de su nene mimado como Moyano, “al llore” como decíamos
cuando éramos niños). Ponen estas estupideces queriendo desviar la
responsabilidad política que tuvo el gobierno al que defienden.
Y mientras pensaba escribir estas cortas líneas,
llegué a la conclusión de que no es un
hecho aislado, es parte del vaciamiento estructural de los medios de transporte,
donde viajan los sectores populares, que viene del menemismo, pero que los K no
han hecho nada para modificar. Y eso lo pensaba mientras viajaba en el
colectivo destartalado de Dumas-Plaza de Santa Rosa. Algunos sin vidrios, con
el chasis destrozado, calentando. Definitivamente vaciados. Pero cuando los
trabajadores reclaman eso (es el caso del reclamo por el despido del conductor
que chocó por falta de frenos) el gobierno y la patota de la burocracia sindical
los quieren reventar. Y no es la búsqueda de coincidencias de un trotsko
enojado, ya que el gobernador Jorge es uno de los mayores defensores del “modelo”,
gobierno que regala subsidios a las empresas como Plaza, pero les niega un
aumento a los trabajadores como la lucha de la Intersindical el año pasado (sin
olvidarnos de preferir mejorar patrulleros a aumentar sueldos). Entonces, desde
los mares de soja y glifosato, como en la Capital Federal el gobierno
kirchnerista y sus vasallos caricaturescos muestran que son capaz de dar a los
trabajadores y sectores populares: nada, solo seguir con la misma miseria de
años y años atrás, que más de una vez se paga con la vida.
Estos hechos demuestran con mayor claridad,
que la salida a los grandes problemas de la humanidad no puede darse dentro de
los marcos del capitalismo. La idea de humanizar, embellecer al capitalismo es
querer seguir creyendo en los reyes magos o el ratón pérez. Por eso más que
nunca la salida está en la organización independiente de los trabajadores, y
que luche por su propio partido.
ACÁ le dejo la nota que apareció en el
semanario La Verdad Obrera del PTS, sobre la masacre de Once.
Dije que no iba a hablar de literatura o
arte, pero bueno, no puedo con mi genio. Para los que me conocen, como para los
que no, soy un gran simpatizante de la literatura y el cine de terror. Mi gusto
personal y la militancia me llevaron más de una vez en reflexionar en la sociología,
para decirlo de alguna manera, de lo terrorífico. Si uno presta atención a la
mayoría de los argumentos sobre terror giran en una serie de elementos que se
repiten. La mayoría se centra en los elementos sobrenaturales, bestias, monstruos
diabólicos, y cualquier bicho repugnante (Lovecraft, The Thing de Carpenter,
etc). Pero también está aquellos que se han centrado en elementos psicológicos
(Poe creo que es un representante de eso) done el terror gira sobre parte de
las relaciones personales. Pero de nuevo entra el elemento de excepcionalidad,
de patología, de enfermedad (Psico, El corazón delator, Helloween).
Con esto no quiero generalizar, como verán que
me centro en lo comercial o mayoritariamente conocido. Seguramente habrá un
circuito independiente o menos comercial que han roto estructuras. Pero para el
caso es importante centrarnos en lo que consume la mayoría de las personas.
Pero nunca se ha reflexionado ni considerado
profundamente que hay miles y miles de situaciones terroríficas que la propia
alienación, el bombardeo mediático, y la misma naturalización de la costumbre
ha construido como natural. Sostengo que es más terrorífica la vida de un
minero que se la ve ir cuando queda encerrado bajos cientos de metros, por
responsabilidad de la sed frenética de ganancias empresaria. Creo que es más terrorífico
pensar en la vida que le deparó a Marita Verón, victima de las redes de trata;
o las miles de mujeres victimas de femicidio. La pedofilia en manos de una
Iglesia corrupta hasta sus cimientos. La violación de cientos de mujeres y
niños en manos del patriarcado y machismo. Pero también vivir toda una vida de
mierda, teniendo que trabajar por miserias para poder sobrevivir. Y muchos
ejemplos más.
Y Once es un ejemplo de eso, porque muchos de
los que murieron habían sobrevivido al impacto, porque muchos vieron su fin en
manos de la asfixia; y tantos otros quedaron
rodeados de cadáveres. ¿Todo por qué? Por haber sido laburantes que no
les quedaba otra que tener que subirse a ese tren vaciado para poder ganarse el
pan. Porque un gobierno servil a empresarios permitió que esos trenes se vacíen.
Y porque los empresarios no les importan las vidas obreras, le importa su
bolsillo.
Por eso es terror, pero todavía hay mucha
niebla de naturalización. La lucha está en las calles, pero con la pluma se
puede aportar a quitar un poco esa niebla. Es necesario mostrar este mundo tal
cual es, y también los otros mundos posibles.
ACÁ les dejó un poema que escribí sobre está temática.
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